El despido disciplinario: las obligaciones de la empresa
Hay que tener en cuenta que el disciplinario es el tipo de despido que, por sus consecuencias, más perjudica al trabajador. Por esta razón, la legislación laboral de nuestro país exige al empresario que cumpla con una serie de obligaciones o requisitos, si quiere que el despido disciplinario no termine convirtiéndose en un despido improcedente o, incluso, un despido nulo.
De entre todas estas obligaciones previstas, destaca la de entregar una carta de despido. El artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores recoge cómo se ha de preparar este documento. En todos los casos, debe incluir:
- Una descripción clara y precisa de los hechos que causan el despido disciplinario.
- La obligación que el trabajador ha incumplido, de entre todas las previstas en el Estatuto de los Trabajadores o en el convenio colectivo.
- La fecha prevista del despido.
La entrega de la carta de despido puede ser diferente en cada caso. Así, el empresario puede entregarla, por ejemplo, en persona o través de burofax.
En cambio, lo que sí hay que tener muy presente es que nada que no se recoja en ese primer momento en la carta de despido puede ser tenido en cuenta en el juicio. Es decir, ante el juez solo se discutirán los aspectos reflejados en este documento.
Además, en algunos casos muy concretos (por ejemplo, si el empleado es un representante legal de los trabajadores), la empresa tendrá que abrir un expediente sancionador contradictorio. Esto es, iniciar un procedimiento por el cual el empleado despedido puede explicarse o aportar su versión de lo sucedido. En este punto, igual que en muchos otros, contar con la ayuda de abogados expertos en despidos disciplinarios es clave.
El despido disciplinario: los derechos del trabajador
Como ocurre con todas las clases de despido, el disciplinario tiene sus propias características. Las que más interesan a los trabajadores son, lógicamente, las que tienen que ver con sus derechos y con la posibilidad de impugnar el despido.
Pues bien, el despido disciplinario da derecho a:
- Cobrar el finiquito.
- Cobrar la prestación por desempleo -paro-, siempre que se cumpla el mínimo de cotización.
En cambio, los trabajadores despedidos disciplinariamente no tienen derecho a:
- Preaviso.
- Indemnización.
¿Se puede impugnar un despido disciplinario?
Un trabajador siempre tiene derecho a impugnar su despido si lo considera injusto. Sin importar la clase de despido de la que estemos hablando. En el caso concreto del despido disciplinario, se dispondrán de 20 días hábiles para entregar la papeleta de conciliación o presentar directamente la demanda en el juzgado.
En ambos supuestos, se tendrá que acreditar, con ayuda de buenos abogados especialistas en despidos disciplinarios, uno de estos puntos:
- Que la empresa no ha cumplido con todos los requisitos legales del despido disciplinario.
- Que los hechos que alega la empresa para despedir al trabajador no son ciertos.
Lógicamente, si no hay acuerdo será el juez el que resuelva en el juicio la procedencia o no del despido disciplinario.
Tras la celebración del juicio, durante el cual los abogados han de aportar toda la documentación e información necesaria para defender los intereses del trabajador, el despido pasará a tener una de las siguientes calificaciones:
- Procedente: la empresa ha demostrado que las causas que provocan el despido son ciertas, y este se hace efectivo.
- Improcedente: la causa alegada no queda suficientemente bien acreditada. La empresa debe readmitir al trabajador, o bien despedirle de manera improcedente, con la consiguiente indemnización de 33 días por año de trabajo (Dependiendo de la fecha de alta en la Empresa).
- Nulo: el despido se queda sin efectos por haber incurrido la empresa en una de las situaciones de discriminación que contempla la ley (por ejemplo, por raza, sexo o religión). O bien por vulnerar los derechos fundamentales (un caso muy habitual son los despidos a mujeres embarazadas).
¿Cuáles son las causas justificativas del despido disciplinario?
Las empresas no pueden elegir cualquier causa para justificar un despido disciplinario.
Para poder despedir a un trabajador por esta vía, este tiene que haber incumplido alguna de sus obligaciones. De esta forma, dará lugar a alguna o varias de las siguientes causas de despido disciplinario:
- Faltas de asistencia o de puntualidad repetida e injustificada.
- Desobediencia e indisciplina.
- Ofensas físicas o verbales a cualquier integrante de la empresa.
- Actitudes de acoso de cualquier tipo y hacia cualquier compañero.
- Abuso de confianza o deslealtad.
- Reducción sostenida del rendimiento de trabajo acordado.
- Embriaguez o toxicomanía.
Habitualmente, las empresas cuentan con expertos que les asesoran cuando quieren despedir a un empleado. Por eso, los trabajadores suelen estar en desventaja en estas situaciones. A menos, claro está, que decidan recurrir a un abogado especializado en despidos disciplinarios. En ese caso, estarán bien cubiertos y protegerán al máximo sus derechos.