Abogados Madrid Laboral

Despido después de un ERTE

¿Me pueden despedir después de volver de un ERTE?

Una empresa puede despedir a un trabajador una vez finalizado el ERTE. En las condiciones establecidas en este mecanismo de regulación de empleo, están previstas situaciones de despido que obedecen a circunstancias especiales. Contar con la asistencia de un abogado especialista en despidos garantizará una correcta defensa en estas situaciones.

Despido

Se trata de un tema que preocupa a trabajadores y empresarios de manera especial, pues en mayo vence la prórroga de los ERTE. Los trabajadores se preguntan qué pasará con su situación laboral. Las empresas hacen números para manejar la situación, agravada ahora por la guerra en Ucrania. En caso de estar incurso en uno de estos expedientes de regulación de empleo, siempre lo mejor es utilizar los servicios de un abogado laboralista experto en la materia.

El despido después de volver de un ERTE no es una decisión gratuita para la empresa en todos los casos. El Expediente de Regulación Temporal de Empleo es una medida de protección del trabajo en tiempos de crisis.

En la filosofía de base del sistema subyace la intención del empleador de mantener a su empleado y de acogerse al ERTE temporalmente. Por tanto, si bien puede despedirlo después de volver de un ERTE, hay situaciones en las que tendrá un coste económico.

Cláusula de mantenimiento de empleo en los ERTE

Los empleadores y empresarios que piensen despedir a empleados después de un ERTE, deben tener en cuenta la cláusula de compromiso de mantenimiento de empleo. En función de esa cláusula, el empresario empleador se compromete a mantener el nivel de empleo durante el plazo de seis meses desde que se reanuda la actividad de esos trabajadores.

Se considera reanudación de la actividad el momento en que los empleados afectados al ERTE se reintegran a la actividad laboral efectivamente. La excepción que prevé la norma es la extinción de contrato.

¿Cuáles son los motivos por los que un empleador puede despedir a un trabajador después de volver de un ERTE?

El hecho de integrarse a un ERTE no hace que al trabajador se le perdone todo ni soluciona los problemas que una empresa tiene en tiempos de crisis. Por lo tanto, hay situaciones en las que inevitablemente el empleador debe despedir empleados, aun luego de un ERTE. La cláusula de salvaguarda de empleo tiene excepciones, es decir, motivos por lo que el despido es procedente y válido.

¿Cuáles son estos motivos?

Despido disciplinario

El motivo siempre vigente en todas las situaciones laborales de despido es el disciplinario. Si la empresa prueba que el despido del trabajador que vuelve de un ERTE es porque ha incurrido en incumplimientos graves, tiene derecho a hacerlo. En este caso, no tendrá repercusiones económicas. El empresario no tendrá que pagar nada.

Salud del empleado

La incapacidad permanente total, absoluta o la gran invalidez de la persona trabajadora, también es un motivo válido para el despido después de volver de un ERTE.

¿Tiene consecuencias desobedecer la cláusula de salvaguarda de empleo de los ERTE?

La empresa que contravenga lo dispuesto en la normativa y proceda a efectuar despidos cuyas causas no son procedentes, tendrá una sanción económica. Deberá reintegrar la totalidad del importe de las exoneraciones a la seguridad social. Se aplicará el recargo y los intereses de mora correspondientes.

¿Qué pasa cuando el contrato de fijo discontinuo termina durante el ERTE?

Los trabajadores fijos discontinuos, que están en alta en una empresa por períodos determinados, interrumpirán sus contratos cuando corresponda. Esto es independiente de si está o no en ERTE.

Como vemos, cuando por fecha expira el documento o cuando el contrato es por obra y servicios, el despido no obliga a ninguna multa ni pagos.

El despido objetivo después de volver de un ERTE en la jurisprudencia

Los despidos objetivos después de volver de un ERTE generalmente han dado lugar a impugnaciones y reclamaciones que terminan en los juzgados. Se trata de los despidos en los que se argumentan causas económicas, organizativas, técnicas o de producción. Es decir, motivos inherentes a cambios empresariales.

La Jurisprudencia muestra sentencias diferentes en estas reclamaciones. En la mayor parte de los casos, se han sentenciado como despidos improcedentes. Los Tribunales actuantes han considerado que no existían causas para los despidos y que se contravenía la intención de evitarlos.

Sin embargo, una sentencia de Barcelona del 15 de diciembre de 2020, declaró procedente un despido objetivo. El Tribunal consideró que la empresa había logrado probar en juicio que efectivamente existía una causa económica para despedir.

Prohibición del despido objetivo para empresas que reciben ayudas estatales

La guerra en Ucrania está impactando con fuerza en la economía española. La crisis energética y de la falta de suministros provocó que el Gobierno tomara medidas especiales con el objetivo de evitar el desempleo.

El Real Decreto Ley 6/2022, entre otras regulaciones, detalla las nuevas condiciones que se refieren a los despidos.

El gobierno ha generado beneficios para las empresas de los rubros más afectados por el impacto de la guerra en Ucrania. A partir de la vigencia de la ley, queda prohibido el despido objetivo a las empresas que reciban ayudas directas del Gobierno y cuando decidan acogerse a un ERTE.

El fundamento de esta prohibición se encuentra en el hecho de que tanto los ERTE como otras medidas de exenciones tienden a evitar el desempleo. Estos beneficios para las empresas procuran también que puedan mantener a sus empleados, y esa es condición para aceptar esas subvenciones.

Por lo tanto, ningún empleador que reciba los beneficios establecidos en el RD Ley 6/2022 podrá despedir a un empleado argumentando problemas en su empresa provocados por la crisis actual.

Aquellas empresas que no cumplan esta prohibición, deberán devolver el importe de todos los beneficios que hayan recibido del Gobierno.

La situación que genera la crisis actual y la jurisprudencia profusa, hace necesario contar con el asesoramiento de un abogado laborista. Su conocimiento específico y experiencia aconsejarán el camino seguro, tanto para la empresa como para el trabajador.